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Marchas del orgullo y ley de matrimonio igualitario como eventos politizadores: modulaciones biográficas entre varones gays argentinos

Pride Parades and the Gay Marriage Law as Politicizing Events: Biographical Modulations among Gay Argentinean Men

Resumen

En este trabajo analizo dos eventos politizadores de la diversidad sexual contemporánea en el Área Metropolitana de Buenos Aires, Argentina: las marchas del orgullo y la sanción de la ley de matrimonio igualitario. A partir de entrevistas biográficas a varones gays, exploro las tensiones propias de cada evento: entre celebración y contestación, y entre lo público y lo privado. Se concluye en la necesidad de entender estos dispositivos políticos, y las marcas que dejan en las biografías, como parte de la densidad de la sociabilidad política.

Marchas del orgullo; Matrimonio igualitario; Diversidad sexual; Política; Enfoque biográfico

Abstract

In this paper, I analyze two politicizing events of contemporary sexual diversity in the Metropolitan Area of Buenos Aires, Argentina: pride parades and the enactment of the gay marriage law. From biographical interviews with gay men, I explore tensions involved in each event: between celebration and challenges, and between the private and the public. I conclude that it is necessary to understand these political measures and the marks they leave on biographies, as part of the complexity of political sociability.

Pride parades; Gay marriage; Sexual diversity; Politics; Biographical approach

Introducción: eventos de sociabilidad política de la diversidad sexual

Luchi me muestra entusiasmado los rastros de glitter en su rostro luego de probárselo para la marcha del orgullo de 2017 que sería a unos días de nuestro encuentro. Era la segunda vez que iría y a diferencia del año anterior, como había advertido a sus amigos, pensaba ir preparado. A los meses, Juli me cuenta que en 2017 fue la primera —y según cree, la última— vez que asistió a una marcha del orgullo. Más allá de lo exótico que le pudieran resultar los torsos desnudos, no acordaba con lo politizado1 1 En cursiva destaco las palabras textuales de los entrevistados. que estaba todo. Marcos describe 2010 como el año de la primavera militante. Producto del éxito de la sanción de la ley de matrimonio igualitario, con sus compañeras y compañeros de militancia se articulaban con otras organizaciones por demandas como la ley de identidad de género. En medio de esa efervescencia colectiva, y gracias a dichas alianzas, conoció al tercero que hizo peligrar su noviazgo.

Aunque breves, estas postales señalan dos cuestiones. En primer lugar, dos eventos politizadores de los varones gays argentinos contemporáneos. Por un lado, la celebración anual de la marcha del orgullo que se realiza en la Ciudad de Buenos Aires desde 1992, por el otro, el hito marcado por la llamada ley de matrimonio igualitario que habilitó a que dos personas del mismo sexo se casaran. En segundo lugar, las tensiones en torno a estos eventos. Mientras la marcha del orgullo se debate entre el carácter celebratorio y contestatario, la ley de matrimonio igualitario reformula los cruces entre lo personal y lo político.

Este trabajo describe la sociabilidad política que producen estos eventos que politizan a los varones gays y cómo son significados en sus biografías. Mientras las marchas del orgullo actualizan la tensión entre lo festivo y lo reivindicativo, el matrimonio igualitario conecta de diversas maneras lo público con lo privado. En las trayectorias biográficas de 30 varones gays que viven en el Área Metropolitana de Buenos Aires, Argentina, se observa la pervivencia de estas tensiones como actualizaciones de la sociabilidad política de la diversidad sexual, enraizada en estos eventos politizadores. Antes de describir las modulaciones biográficas de esas tensiones, explicito el marco de la investigación.

De eventos politizadores en las biografías

Luchi, Juli y Marcos son tres de los 30 varones gays de entre 23 y 38 años, residentes del Área Metropolitana de Buenos Aires, Argentina, que entre octubre de 2017 y noviembre de 2018 entrevisté para una investigación que buscó reconstruir sus historias amorosas. Como dispositivo analítico, las historias de amor fueron las unidades a partir de las cuales logré acercarme al amor realmente existente. El objetivo era reconstruir cómo el amor era puesto en acto en prácticas concretas más que las idealizaciones en torno a él. En tanto la investigación se trataba de un enfoque biográfico, en las entrevistas —estructuradas en cuatro o más encuentros— abordamos diferentes temas. Entre ellos, la política en un sentido amplio.

Como sus trayectorias se inscriben en lo que Meccia (2011)MECCIA, Ernesto. Los últimos homosexuales. Sociología de la homosexualidad y la gaycidad. Buenos Aires, Gran Aldea Editores, 2011. denomina el régimen de la gaycidad, adjetivo a estos varones como gays. Siguiendo a este autor, este régimen estaría signado por mayor tolerancia y aceptación, a diferencia de lo ocurrido en el régimen de la homosexualidad, permitiéndoles mayores oportunidades biográficas en diferentes ámbitos como el familiar, educativo, laboral, político e íntimo. Para contrarrestar la violencia epistemológica de la denominación como gays, a cada uno les pregunté cómo se identificaban en términos de orientación sexual. A lo largo de nuestras largas charlas, sin inconvenientes intercambiaban entre categorías —como gay y puto—.

Si bien entre las preguntas que había pensado se incluía una sobre si habían militado alguna vez —algunos lo hacían o lo habían hecho, otros no—, los relatos que construyen este texto no siempre surgen de esos interrogantes. La militancia, el activismo y la política aparecieron a lo largo de las entrevistas de diferentes maneras. Por eso este texto se inscribe en una serie de trabajos titulada “Putos, política y amor” que reflexiona sobre los cruces entre amor y política de los varones gays. En el primero me embarco en una descripción de sus perfiles de involucramiento político (Marentes, 2022c). En el segundo me centro en los cruces entre trayectorias políticas y amorosas a partir de cuatro figuraciones o estaciones afectivas: admiración, valentía, compañerismo y erotismo (Marentes, 2022a). En el tercero, analizo las heterogéneas imbricaciones entre amor y política a partir de los modos en que se intersectan ambas dimensiones —como ethos que genera admiración, como locus donde se produce el levante o ligue y como modus que contribuyen con la estabilización de las relaciones íntimas— (Marentes, 2022b). En este artículo, el foco es puesto en dos eventos típicos de la sociabilidad política de varones gays jóvenes.

Volviendo al eje de este texto, a medida que conversábamos y reconstruíamos sus relatos biográficos e historias de amor, en las charlas aparecían de manera recurrente las marchas del orgullo a las que fueron —en especial la primera— o dejaron de ir, o recuerdos en torno al hito signado por la sanción de la ley de matrimonio igualitario, en 2010. Algunos describían con mayores precisiones y detalles estos dos eventos, en tanto se sintieron protagonistas. Otros, en cambio, hacían alguna mención ya sea por haber participado o por alguna anécdota que los tenía como telón de fondo. Vale aclarar que los relatos que estructuran este trabajo surgieron en las charlas y entrevistas que de manera espontánea hablaron sobre estos eventos y no por interrogantes en torno a éstos.

Cabe preguntarse por qué incluir estos dos eventos politizadores juntos. Las anuales marchas del orgullo —que en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se realizan desde 1992—, y la movilización en torno a la sanción de la ley 26.618 —que propuso modificaciones en el código civil habilitando a que dos personas del mismo sexo pudieran casarse— dejan marcas en las biografías de los varones gays, tanto en militantes como en no militantes. Eso se traduce, por ejemplo, en expresiones como la marcha, sin necesidad de precisar que se trata de la del orgullo, o cuando fue lo del matrimonio igualitario, para referir a esos meses de 2010. En tanto forman parte del colectivo de diversidad sexual bajo un régimen de heterosexualidad obligatoria presente en una pluralidad de dispositivos, estos eventos los han interpelado —y siguen haciéndolo— de diferentes maneras, como veremos en los siguientes apartados. Más que simples eventos políticos —o politizados—, al adjetivarlos como politizadores rastreo los modos en que producen la politización de varones gays, a partir de actualizar las tensiones que cada uno de estos eventos arrastra.

Debido al foco de este trabajo, a partir de cómo aparecieron las marchas del orgullo y la ley de matrimonio igualitario en las modulaciones biográficas de varones que residen en el Área Metropolitana de Buenos Aires y que no todos cuentan con activa militancia, se diluyen otras vinculaciones entre ambos eventos. Por un lado, podría pensarse el caso de los modos en que las sucesivas marchas del orgullo prepararon el terreno para la modificación legislativa. El caso de Pedro, uno de los entrevistados, es paradigmático al vincular ambos eventos: luego de asistir a varias marchas del orgullo comenzó a militar en una organización de diversidad sexual con la que luego se vio activamente involucrado en el trabajo político que demandó la ley de matrimonio igualitario. Este derrotero, sin embargo, sólo aparece en su biografía que incluye un capítulo de activa militancia. Por otro lado, un vínculo alternativo se da en cómo la discusión sobre la modificación legal propulsó la organización de las celebraciones del orgullo. Como demuestran Bernieri Ponce y Larreche (2021)BERNIERI PONCE, Emanuel; LARRECHE, José Ignacio. Descentrar para (re)mediar. Las Marchas del Orgullo en las no metrópolis argentinas. Quid, 16 (15), Buenos Aires, 2021, pp.157-178. en un estudio sobre marchas del orgullo en ciudades argentinas no metropolitanas, la proliferación de debates y otras actividades políticas para discutir la ley de matrimonio igualitario en diferentes ciudades del país fue una chispa que encendió la organización de la primera marcha del orgullo en localidades como Corrientes, San Juan y Bahía Blanca (provincias de Corrientes, San Juan y Buenos Aires, respectivamente). Por el recorte metropolitano del estudio sobre amor en varones gays, no encontramos huellas que sigan dicho derrotero. Con todo, futuras indagaciones podrían profundizar en los modos en que las trayectorias biográficas de, en especial, activistas vinculan estos eventos politizadores.

De todos modos, estos eventos no fueron los únicos que inscriben las cuestiones de género y sexualidad en la agenda pública contemporánea. Los varones con militancias más activas incluyen en la cadena de eventos politizadores movilizaciones por el derecho al aborto2 2 Durante el trabajo de campo se trató por primera vez en el poder legislativo nacional la ley de interrupción voluntaria del embarazo, en medio de una gran movilización política. Por tratarse de un tema candente, hablamos mucho al respecto. Sin embargo, aquí me refiero a las movilizaciones que se hicieron con anterioridad. , los paros de mujeres3 3 Con motivo del día internacional de la mujer, conmemorado el 8 de marzo, en los últimos años se han llevado adelante paros y movilizaciones de mujeres. , la ley de identidad de género4 4 En 2012 se sancionó la ley 26.743, conocida como ley de identidad de género, que permitió que a las personas trans se les reconociera su derecho a la identidad autopercibida, sin patologización ni judicialización mediante. Además, aseguró el acceso a tratamientos médicos. y los reclamos por el travesticidio de Diana Sacayán5 5 Diana Sacayán fue una activista travesti asesinada en 2015. Gracias a reclamos y movilizaciones, en 2018 se reconoció su asesinato como un crimen de odio a la identidad de género bajo la figura de travesticidio. , entre otras. Pero como no todos estaban “muy politizados”, estas reivindicaciones políticas con sus respectivos eventos no fueron retomadas por todos los entrevistados. Es posible que esto se deba a una fractura en torno a las diferentes identidades que conforman el colectivo de la diversidad sexual. Como demuestra Insausti (2016)INSAUSTI, Santiago Joaquín. De maricas, travestis y gays: Derivas identitarias en Buenos Aires (1966-1989). Tesis (Doctorado Ciencias Sociales), Universidad de Buenos Aires, 2016. para Argentina, desde los años ochenta las identidades gay y travesti se separaron del pasado compartido bajo la figura de la loca6 6 En la jerga gay y homosexual Argentina, la loca sería una figura asociada a la marica, con una expresión de género más feminizada y exageración de los rasgos no heterosexuales (Sívori, 2004). Podría pensársela como un equivalente a bicha en el portugués brasileño. y tendieron a organizarse políticamente en torno a diferentes reclamos y a partir de distintas medidas de acción directa. Por ejemplo, mientras los gays apelaban a la salida del closet como mecanismo de visibilización para alcanzar una vida “normal”, las travestis luchaban por eliminar los edictos policiales (Farji Neer, 2017FARJI NEER, Anahí. Travestismo, transexualidad y transgeneridad en los discursos del Estado argentino: Desde los edictos policiales hasta la Ley de Identidad de Género. Buenos Aires, Teseo, 2017.; Insausti, 2016INSAUSTI, Santiago Joaquín. De maricas, travestis y gays: Derivas identitarias en Buenos Aires (1966-1989). Tesis (Doctorado Ciencias Sociales), Universidad de Buenos Aires, 2016., 2018INSAUSTI, Santiago Joaquín. Un pasado a imagen y semejanza: Recuperación y negación de los testimonios maricas en la constitución de la memoria gay. Prácticas de Oficio, 1 (21), Los Polvorines, 2018, pp.24-35.). Por su parte, la relación con las lesbianas, más cercanas al feminismo, no dejó de estar exentas de tensiones y articulaciones (Hiller, 2017HILLER, Renata. Conyugalidad y ciudadanía. Disputas en torno a la regulación estatal de las parejas gay lésbicas en la Argentina contemporánea. Buenos Aires, Teseo, 2017.; Insausti, 2016INSAUSTI, Santiago Joaquín. De maricas, travestis y gays: Derivas identitarias en Buenos Aires (1966-1989). Tesis (Doctorado Ciencias Sociales), Universidad de Buenos Aires, 2016.; Rapisardi y Modarelli, 2001RAPISARDI, Flavio; MODARELLI, Alejandro. Fiestas, baños y exilios. Los gays porteños en la última dictadura. Buenos Aires, Sudamericana, 2001.; Vespucci, 2017VESPUCCI, Guido. Homosexualidad, familia y reivindicaciones: De la liberación sexual al matrimonio igualitario. San Martín, UNSAM Edita, 2017.; Weston, 2003WESTON, Kath. Las familias que elegimos: Lesbianas, gays y parentesco. Barcelona, Bellaterra, 2003.). A este panorama de distanciamiento de gays de otros miembros del colectivo de diversidad sexual y de género es necesario contrastarlo con un acercamiento hacia identidades feminizadas a partir del consumo de productos culturales como el reality-show estadounidense Ru-Paul’s Drag Race, una competencia de drag-queens. Entre los varones que entrevisté, muchos alejados de la política, se acercaban a lo drag y lo trans como consumidores de este tipo de programas, recuperando el potencial político del glamour.

Con todo, este trabajo busca comprender los mecanismos a partir de los cuales los eventos referidos —las marchas del orgullo y la ley de matrimonio igualitario— producen la sociabilidad política de varones gays. Al mismo tiempo, a partir de un enfoque biográfico, se busca reconstruir qué cosas tradujeron estos eventos en sus propias trayectorias. Por eso, este análisis se nutre y dialoga con otros estudios.

Sobre la participación a las marchas del orgullo, me baso en la perspectiva de los asistentes y no de los organizadores7 7 Para un excelente trabajo en torno a la comisión organizadora de las marchas del orgullo entre 2008 y 2009, véase Settani (2014). , aunque en algunos casos esa distinción es difusa. En los informes realizados a partir de encuestas a asistentes a las marchas del orgullo de la Ciudad de Buenos Aires (Figari et al., 2005FIGARI, Carlos et alii. Sociabilidad, política, violencia y derechos: La marcha del orgullo GLTTB de Buenos Aires 2004: primera encuesta. Buenos Aires, Antropofagia, 2005.; Jones et al., 2006JONES, Daniel; LIBSON, Micaela; HILLER, Renata. Sexualidades, política y violencia: La marcha del orgullo GLTTBI Buenos Aires 2005: segunda encuesta. Buenos Aires, Antropofagia, 2006.) y Córdoba (Iosa et al., 2012IOSA, Tomás et alii. Política, sexualidades y derechos. Primera Encuesta. Marcha Del Orgullo y la Diversidad. Córdoba, Argentina, 2010. Río de Janeiro, CEPESC, 2012.), se contrastó cuánto de la participación se explicaba a partir de motivos políticos —reconocimiento de derechos— y cuánto a partir de razones de sociabilidad —ir por curiosidad o para celebrar—. Recupero esta distinción para pensarla como un continuo, el de la sociabilidad política, que permite reconocer cómo se articulan y retroalimentan ambas dimensiones. En el caso de las marchas del orgullo, la sociabilidad política potencia y actualiza la tensión entre lo festivo y lo contestatario.

En torno a la importancia de la ley de matrimonio igualitario, recupero los trabajos de Hiller (2017)HILLER, Renata. Conyugalidad y ciudadanía. Disputas en torno a la regulación estatal de las parejas gay lésbicas en la Argentina contemporánea. Buenos Aires, Teseo, 2017., que lo analizó en el mismo momento en que se discutía el proyecto. Esta autora traza una continuidad entre la ley de unión civil de la Ciudad de Buenos Aires, sancionada en 2002 y la reforma del código civil argentino que habilita que dos personas, sin importar su sexo, contraigan matrimonio. Hiller sostiene que en tanto el matrimonio es una cosa pública y, por lo tanto, regulada por el Estado, esta iniciativa desarticula la pretendida escisión moderna entre lo público y lo privado. Inspirado en ese análisis, busco comprender otras formas a partir de las que ese evento politizador de la diversidad sexual traza puentes entre las trayectorias políticas y las íntimas.

En los fragmentos de las biografías de estos varones gays, las marchas del orgullo modulan de diferentes modos la tensión entre lo festivo y lo contestatario, mientras que la ley de matrimonio igualitario hace lo propio entre lo privado y lo público. Estas tensiones, lejos de quedar resueltas, configuran los matices de la sociabilidad política de los varones gays. Al reconstruir las huellas que dejan en sus trayectorias propongo rastrear los modos en que, se vuelquen a la participación política o no, su identidad sexual es politizada a partir de estos dos eventos. Podría considerarse que enfatizar en estas dicotomías resulta espurio, en especial cuando el artículo busca mostrar la continuidad que suponen los polos de ambos binomios. Sin embargo, en estas páginas el énfasis es puesto en las continuidades en plural, entendidas como la multiplicidad de modulaciones biográficas que actualizan estos eventos en torno a las díadas celebración–contestación y privado–público. Comencemos, entonces, por cómo las marchas del orgullo implican fiesta pero también protesta.

Entre la celebración y la contestación: las marchas del orgullo

Dada su periodicidad anual, las marchas del orgullo pueden ser pensadas como dispositivos políticos. En la Ciudad de Buenos Aires, el punto de encuentro es la Plaza de Mayo —frente a la Casa de Gobierno, sede del poder ejecutivo nacional—, desde donde se marcha hasta el edificio del poder legislativo: el Congreso de la Nación Argentina. Comenzaron a ser celebradas en 1992 y luego de unos años de hacer coincidir esta celebración con la de otros países hacia fines de junio en conmemoración de las protestas de Stonewall, se trasladó al primer sábado de noviembre de cada año, época en que el clima contribuiría a que se la viviera como una fiesta8 8 Para mayores precisiones sobre las marchas del orgullo argentinas véase Figari et al., (2005), Jones et al. (2006) y Settani (2014) para la Ciudad de Buenos Aires; Iosa et al. (2012) para Córdoba; y Bernieri Ponce y Larreche (2021) para enclaves no metropolitanos. sin que el frío complicara la salud de quienes padecían problemas por el VIH.

Por ese carácter festivo es que Luchi, un gay de 25 años, quería ir a su segunda marcha del orgullo más preparado. Señalando los rastros de glitter en su rostro, excitado comenta haber advertido a sus amigos que esa vez debían usar brillo. Al igual que otros asistentes a marchas en ciudades brasileñas como Brasilia y Goiânia (Jesus, 2013JESUS, Jaqueline Gomes de. Alegria momentânea: paradas do orgulho de lésbicas, gays, bissexuais, travestis e transexuais. Gerais, Revista Interinstitucional de Psicologia, 6 (1), Belo Horizonte, 2013, pp.54-70.), Luchi prioriza el carácter alegre, festivo y liberador de este evento.

A los días de esa marcha del orgullo de 2017, charlamos con Germán, un gay de 31 años, sobre el estado alcohólico del autor de este texto. Nostálgico, Germán cuenta que hubiese preferido ir a San Luis, capital de la provincia homónima, a marchar con su grupo de amigos. Añoraba marchar, beber vino en caja y gritar desaforadamente frases como Abajo el heteropatriarcado, arriba la cola; cosas que también hacían en otras marchas.

A los meses de las entrevistas con Luchi y Germán, Álvaro, un gay de 23 años, recuerda que su novio Alejo pocas veces interactuó con sus amigos. Cuando se acercaba la marcha del orgullo de 2017, Alejo le contó que nunca había ido y Álvaro, que planeaba ir con sus amigos, lo invitó. En esa única vez que los amigos de Álvaro vieron a Alejo casi ni interactuaron: entre callado y tímido, este joven se quedaba parado ahí como un boludo por fuera de la ronda.

Pero a la marcha no sólo se va con personas ya conocidas, como amistades, para celebrar; ahí también se conoce nueva gente. Marcos, un puto de 29 años, al relatar su militancia en el grupo de jóvenes de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA)9 9 La Comunidad Homosexual Argentina se crea en 1984 en un boliche de Buenos Aires, Contramano, para protestar en contra de las redadas policiales a los clubes gays. En 1992, luego de varias disputas, se convierte en la primera organización de este tipo en adquirir personería jurídica. A diferencia de las organizaciones políticas de los años 70, enmarca la lucha por los derechos de la diversidad sexual en clave de derechos civiles y humanos. Sobre las controversias entre la CHA con otras asociaciones, véase Hiller (2017) y Moreno (2008). , hace un paréntesis para introducir algo interesante. Recuerda que en 2007, Facu, su novio de también 18 años, asistió a su primera marcha. Marcos se había quedado estudiando y recibía mensajes de texto de Facu: Boludo, es re loco; hay un montón de gente como nosotros; te impresiona esto.

Facilitando el reconocerse parte de un colectivo con quienes se comparte la atracción hacia otros hombres (Silva, 2008SILVA, Alessandro Soares. Luta, Resistência e Cidadania: uma análise psicopolítica dos Movimentos e Paradas do Orgulho LGBT. Curitiba, Juruá, 2008., 2012SILVA, Alessandro Soares. Memória, Consciência e Políticas Públicas: as Paradas do Orgulho LGBT e a construção de políticas públicas inclusivas. Revista Electrónica de Psicología Política, 9 (27), San Luis, 2012, pp.111-142.), la marcha del orgullo puede ser también un escenario en el cual conocer otros chicos, potenciales partenaires10 10 Utilizo el término francés partenaire, que se usa en danza, para referir a quienes protagonizan las historias de amor. En su carácter genérico, esta denominación permite reconstruir el trabajo relacional y negociación que supone el etiquetamiento vincular para responder al interrogante acerca de cuál categoría utilizar para definir una relación (Marentes, 2021). . El cumpleaños número 32 de Manuel coincidía con la marcha del orgullo de 2017. Cuando le pregunto si iría, con una sonrisa pícara lo niega. Con Ale, su novio, atraviesan una crisis producto de sus arreglos no monógamos. Como tenían pendiente conversar para precisar cómo continuar, Ale le pidió que, dado su expediente de infidelidades, no fuera a la marcha hasta que resolvieran el tema.

También la marcha puede ser un escenario de re–encuentros. Mientras charlamos con Benjamín, un puto de 29 años, sobre su historia de amor con Gianfranco, uno de sus partenaires, relata que una segunda temporada de ese romance se produjo cuando, a los dos años del primer final, se reencontraron en la marcha del orgullo. Esa noche tuvieron relaciones sexuales y a la semana salieron otra vez. El movimiento temporal y espacial de Benjamín y Gianfranco indica que la marcha trasciende lo que dura la concentración en la Plaza de Mayo y el posterior desplazamiento hacia el Congreso en el centro de la Ciudad de Buenos Aires. Ésta sigue, por ejemplo, en esa noche que Benjamín y Gianfranco compartieron.

De modo similar, Dante, un puto de 32 años, reconstruye su primera marcha a sus 23, que trasvasó la movilización. Entre desencuentros y reencuentros con amigos, terminaron en un grupo de gente en el que había un pibe que le encantó; un flechazo a primera vista, precisa. Con este joven, Pato, se miraron. Cuando la marcha terminó, la continuaron en una de las tantas fiestas que hay esa noche. Al final de ese maratónico sábado, Dante y Pato, junto a otros amigos, tomaron el tren hacia la zona sur del conurbano bonaerense en lo que sería el comienzo de una historia de amor de más de seis años.

Jaime, un puto de 25 años, no recuerda muy bien cómo conoció a sus partenaires. Sí sabe, por lo pronto, que a El de la marcha —como lo apodamos— lo conoció el día de una marcha del orgullo. Junto con sus compañeros del Colectivo de Varones Antipatriarcales11 11 El Colectivo de Varones Antipatriarcales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se creó en 2010. Allí, hombres gays y heterosexuales se proponen revisar los mandatos de género y reconfigurar el lugar de los varones en la lucha feminista. en el que milita prepararon canciones, se pintaron y se montaron12 12 Vestirse con ropa asociada usualmente a las mujeres. con calzas multicolores. A las seis de la tarde, frente al Congreso, empezaron a tomar alcohol. Después fueron a una fiesta en la que tocaba Sudor Marika, una banda de cumbia queer. Como ahí hubo un corte de energía eléctrica, fueron a otro lugar. Tras haber besado a media fiesta, esa noche Jaime se fue a la casa de El de la marcha, en lo que sería el comienzo de su historia de amor.

En otro momento de la entrevista mientras conversamos sobre situaciones extrañas de ligue, Jaime recuerda cuando, luego de otra marcha, había ido pintado, con aros y collares a una fiesta que se hacía en la Central de Trabajadores de Argentina13 13 La Central de Trabajadores de Argentina es una de las federaciones de sindicatos más grandes del país. , de la que forma parte el movimiento social en el que milita como docente de un bachillerato popular. En esa fiesta comenzó un coqueteo con un estudiante de un bachillerato hermano, un albañil varonil de unos 30 años.

Las anécdotas de Jaime ofrecen la síntesis entre el carácter festivo y celebratorio de la marcha del orgullo y su costado contestatario y politizador, en un continuo que va de las fiestas con alcohol y encuentros eróticos a su militancia en dos organizaciones diferentes. Veamos otras modulaciones de este carácter reivindicativo.

Del relato de Alejo, el novio de Álvaro que casi no interactuó con sus amigos, emergen otros matices. Este joven queer de 23 años recuerda haber ido con su novio y sus amigos a la marcha del orgullo, de la que se terminó yendo cuando ellos preferían quedarse parados ahí sin hacer nada mientras él quería marchar. Para Alejo, permanecer quietos en el lugar implicaba desaprovechar la oportunidad de, con el desplazamiento, disputar el espacio público (de Carvalho, 2021DE CARVALHO, Henrique R. Corpos dissidentes e o direito à cidade no Rio de Janeiro: da repressão às paradas do orgulho LGBTI+. Polifonia. Revista Internacional da Academia Paulista de Direito, 8, São Paulo, 2021, pp.328-346.).

La edición 2017 de la marcha del orgullo también fue la primera a la que había ido Juli, un gay de 22 años. Luego de su primera concurrencia, no volvería a ir. Tras distanciarse de muchos ítems del listado de reclamos que se leen en un escenario montado para tal fin, Juli se pregunta si existe una línea que englobe todo. Cree que hay temas apartes, exentos de los que uno realmente tiene por qué marchar. No sé, muy politizado además, no me gustó, resume. Después, que alguien estuviera desnudo o no, esas cosas exóticas ya son otra cosa. Con todo, Juli considera que uno siempre tendría que estar presente en la marcha para, en el futuro, gozar de una mejor calidad de vida.

Tal distinción entre lo exótico y festivo de la marcha de lo politizado que señala Juli fue algo que llevó a Pedro a distanciarse de su primer grupo de amigos. Este puto de 36 años comenzó a asistir a sus tempranos veinte, junto con un grupo de amigos entre los que se encontraba su primo. En esas dos o tres marchas a las que fue con este grupo de amigos conoció a la CHA. Al tiempo, en Internet encontró la página de esta organización en la que luego militaría, comenzando a separarse ideológicamente de su primo y el resto de los amigos. Mientras que Pedro coincidía con las reivindicaciones leídas en el escenario frente al Congreso de la Nación, para su primo la marcha era para ir a boludear y bailar al lado de los camiones–carrozas.

Desde entonces, Pedro participó en las marchas como parte del grupo de jóvenes de la CHA, llegando a formar parte de la comisión organizadora. En la militancia trabó amistad con Marcos y Manuel. El primero, que recuerda la primera marcha del orgullo a la que fue su novio, considera hoy que la CHA no es más que un sello que perdió su legitimidad reivindicativa14 14 Esta apreciación se inscribe en un debate mayor en torno a detrás de qué demandas se reorganizan los grupos de diversidad sexual luego de conquistado el matrimonio igualitario (Fernández Valle, 2010). . Por ese sello reciben fondos para campañas de prevención de VIH y cuando organizan la marcha. Por su parte, cuando Manuel rememora los hitos de su militancia, resalta las actividades en las que entró en contacto con travestis, algo mucho más nutrido que encontrarse con putos, maricones y gays en la marcha. De modos diferentes, Marcos y Manuel reclaman una mayor politización de las marchas del orgullo.

Al igual que Pedro, Benjamín también se acercó a la militancia luego de asistir a las marchas. Recuerda cuando, tras salir del closet, veía con ansiedad la marcha del orgullo por televisión y sentía que debía estar ahí. Al año siguiente, la ansiedad no lo detuvo, tomó el tren que lo llevaba desde la zona norte del conurbano bonaerense al centro de la Ciudad de Buenos Aires y fue solo a su primera marcha del orgullo15 15 Los desplazamientos para asistir a la marcha del orgullo implican contemplar, además, otros preparativos. Debido a la naturaleza de los datos, quedarán para futuras indagaciones cómo dicha planificación incluye, por ejemplo, la dimensión turística para asistir a este tipo de eventos (Ortolano, 2012). . Luego se acercó a la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT)16 16 La FALGBT nuclea diversas organizaciones de diversidad sexual y de género del país. Se conformó en 2006 como resultado del acuerdo entre cinco organizaciones. Su primera presidenta fue la activista lesbiana María Rachid. , en donde militó algunos años hasta darse cuenta de que lo que hacía —como sacar agua del escenario de la marcha del orgullo cuando llovía— no expresaba la transformación que añoraba.

Como se desprende de los relatos, este evento politizador que se realiza todos los años, la marcha del orgullo, celebra la densidad de la sociabilidad política que produce. Los trabajos con encuestas a participantes de las marchas del orgullo en Argentina (Figari et al., 2005FIGARI, Carlos et alii. Sociabilidad, política, violencia y derechos: La marcha del orgullo GLTTB de Buenos Aires 2004: primera encuesta. Buenos Aires, Antropofagia, 2005.; Iosa et al., 2012IOSA, Tomás et alii. Política, sexualidades y derechos. Primera Encuesta. Marcha Del Orgullo y la Diversidad. Córdoba, Argentina, 2010. Río de Janeiro, CEPESC, 2012.; Jones et al., 2006JONES, Daniel; LIBSON, Micaela; HILLER, Renata. Sexualidades, política y violencia: La marcha del orgullo GLTTBI Buenos Aires 2005: segunda encuesta. Buenos Aires, Antropofagia, 2006.)17 17 Estos trabajos se inscriben en una serie de estudios sobre las marchas del orgullo en diferentes ciudades de América Latina: Bogotá (Brigeiro; Castillo; Murad, 2009); México (Brito et al., 2012); Pernambuco (Carrara et al., 2007); Río de Janeiro (Carrara; Ramos; Caetano, 2003; Carrara; Ramos, 2005); San Pablo (Carrara et al., 2006) y Santiago de Chile (Barrientos et al. 2008; Barrientos; Sívori, 2012). distinguen las razones que llevan a las personas a acercarse y diferencian los motivos políticos —luchar por la ampliación de derechos— de aquellos ligados a la sociabilidad —ir a divertirse o participar por curiosidad—. Por los constreñimientos propios de la herramienta de indagación, la encuesta, estos trabajos no agotan la complejidad del fenómeno18 18 Como toda estrategia metodológica, la encuesta tiene sus alcances y limitaciones. Una fortaleza de ese abordaje cuantitativo, del que la propuesta de este texto adolece, es la posibilidad de trazar regularidades a partir de una observación a mayor escala. . El análisis propuesto en este texto nos permite ver que la dicotomía política y sociabilidad no son excluyentes y trazan un continuo: el de la sociabilidad política. Es cierto que no les pregunté a estos varones por qué habían ido, o dejado de ir, a la marcha del orgullo. Pero incluso cuando nos acercamos de manera indirecta al tema, emergieron los dos polos de este continuo: el de experimentar la marcha a partir de la reivindicación política en clave de reclamo por el reconocimiento de derechos y el de vivirla a partir de su carácter festivo y una estética que no reniega de los brillos.

Por lo tanto, los motivos por los cuales se acercaron no agotaron lo que vivieron a partir de ir a marchar, ni las marcas que dichos eventos modularon sus trayectorias biográficas. Tal vez se sintieron compelidos por la reivindicación política y terminaron reencontrándose, como Benjamín, con un ex partenaire, o, como Dante, conociendo a su futuro novio. Por el contrario, es posible que, como Pedro, fueran con amigos a bailar a los camiones y descubrieran militancias a las que se sumarían.

De los recorridos de estos varones emerge la sociabilidad política que supone la marcha del orgullo, que nuclea en su interior el carácter festivo y celebratorio y el costado reivindicativo y contestatario; distinción más analítica que empírica. Al ponerse glitter, Luchi desafía, de algún modo, cómo se supone que debiera lucir un varón. Cuando Juli separa lo extravagante —como los torsos desnudos— de lo importante para poder vivir mejor el día de mañana, tal vez contempla que en ese mañana lo exótico pierde tal carácter. Aun cuando las cosas estén separadas conceptualmente, y algunos distingan lo politizado de lo festivo, en la marcha se experimentan a partir del continuo que supone dicha sociabilidad política.

Ahora bien, ¿es esta sociabilidad política propia de la marcha del orgullo? Cuando Suriano (2001)SURIANO, Juan. Anarquistas: Cultura y política libertaria en Buenos Aires, 1890-1910. Buenos Aires, Ediciones Manantial, 2001. analiza el éxito de los anarquistas por sobre otros colectivos del movimiento obrero en la Argentina de principios de siglo XX, lo explica a partir de su capacidad de generar sociabilidad, más allá de lo estrictamente político. Podría pensarse que toda marcha y movimiento político traduce, en sus términos, lo festivo y colorido con lo reivindicativo y contestatario. Sin embargo, en la marcha del orgullo ello se experimenta a partir de una tensión propia de la politización de la homosexualidad. En muchas oportunidades, el germen de la lucha contra un orden heterosexista —encarnado, principal pero no únicamente, en el Estado y sus fuerzas policiales— se produjo en la reunión de grupos de homosexuales en bares y lugares de ocio19 19 Cabe trazar una distinción con lo sucedido con los movimientos de liberación homosexual, cuya raíz se emparenta más con los reclamos socialistas de los años sesenta y setenta. Para el caso de Argentina y el Frente de Liberación Homosexual, véase Insausti (2016), Rapisardi y Modarelli (2001) y Simonetto (2017a). Para la comparación con otros países de América Latina, véase Simonetto (2017b). : las organizaciones en bares en los años 50 y el posterior estallido de Stonewall (Weston, 2003WESTON, Kath. Las familias que elegimos: Lesbianas, gays y parentesco. Barcelona, Bellaterra, 2003.), el surgimiento de la CHA en el boliche Contramano en los años ochenta (Bellucci, 2010BELLUCCI, Mabel. Orgullo. Carlos Jáuregui, una biografía política. Buenos Aires, Emecé, 2010.; Insausti, 2016INSAUSTI, Santiago Joaquín. De maricas, travestis y gays: Derivas identitarias en Buenos Aires (1966-1989). Tesis (Doctorado Ciencias Sociales), Universidad de Buenos Aires, 2016., 2018INSAUSTI, Santiago Joaquín. Un pasado a imagen y semejanza: Recuperación y negación de los testimonios maricas en la constitución de la memoria gay. Prácticas de Oficio, 1 (21), Los Polvorines, 2018, pp.24-35.). En esos casos, glamour, alcohol, baile, salidas con amigos y conquistas se conjugaron para contestar a los abusos policiales y reivindicar derechos. Así, lo festivo se tradujo en político, sin abandonar por completo ese carácter. La sociabilidad política que supone la marcha del orgullo, entonces, continúa actualizando ese binomio festivo y contestatario que caracteriza a muchas agrupaciones de diversidad sexual desde sus orígenes.

De ese modo, las marchas del orgullo actualizan una primera tensión constitutiva de la experiencia moderna de la homosexualidad. Como demostró Foucault (1993)FOUCAULT, Michel. Historia de la sexualidad I: la voluntad de saber. Buenos Aires, Siglo Veintiuno, 1993., es a partir de fijar el deseo sexual en identidades que se construyó al sujeto homosexual. Sujeto definido a partir de la persecución y dominación hacia quienes experimentaban placer erótico al mantener contactos con personas del mismo sexo. La sociabilidad política de los varones gays contemporáneos, de este modo, se renueva al menos una vez al año trayendo a escena esa tensión entre fiesta y contestación. Veamos ahora cómo otro evento politizador vuelve a traer a escena otra tensión —entre lo personal y lo político— de esta sociabilidad política.

El matrimonio igualitario: múltiples puentes de lo personal a lo político

En julio de 2010 se sancionó la ley 26.618 que modificó el Código Civil de la Nación Argentina posibilitando el matrimonio entre dos personas del mismo sexo. Tras diferentes desplazamientos discursivos (Hiller, 2017HILLER, Renata. Conyugalidad y ciudadanía. Disputas en torno a la regulación estatal de las parejas gay lésbicas en la Argentina contemporánea. Buenos Aires, Teseo, 2017.), la iniciativa fue denominada ley de matrimonio igualitario. Como sostiene esa autora, el matrimonio civil implica la construcción de un sujeto político–jurídico específico: el sujeto conyugal. El Estado se interesa por regularlo ya que, a partir de él, se acceden a reconocimientos y derechos ciudadanos. De allí que en las sociedades occidentales siempre el matrimonio entre dos personas haya sido una cosa pública. Esto contrasta con el precepto del amor romántico que descansa en la voluntad individual para conformar parejas con quien casarse20 20 Sobre la relación entre amor y matrimonio, y las tensiones que eso genera, véase por ejemplo Coontz (2006) y de Rougemont (1959). , construyendo ese lazo como producto de la vida íntima que se inscribe en la esfera privada.

La ley de matrimonio igualitario fue analizada en Argentina desde diferentes perspectivas: a partir de un análisis sociopolítico de cómo el matrimonio se convirtió en problema público (Hiller, 2010HILLER, Renata. Matrimonio igualitario y espacio público en Argentina. En: CLÉRICO, Laura; ALDAO, Martín (ed.). Matrimonio igualitario en la Argentina. Perspectivas sociales, políticas y jurídicas. Buenos Aires, Eudeba, 2010, pp.81-124., 2017HILLER, Renata. Conyugalidad y ciudadanía. Disputas en torno a la regulación estatal de las parejas gay lésbicas en la Argentina contemporánea. Buenos Aires, Teseo, 2017.), como parte de un entramado de políticas ligadas a la ciudadanía sexual (Pecheny; de la Dehesa, 2010PECHENY, Mario; DE LA DEHESA, Rafael. Sexualidades y políticas en América Latina: El matrimonio igualitario en contexto. En: CLÉRICO, Laura; ALDAO, Martín (ed.), Matrimonio igualitario en la Argentina. Perspectivas sociales, políticas y jurídicas. Buenos Aires, Eudeba, 2010, pp.7-58.), en clave de sus implicancias para el sistema jurídico (Aldao, 2010ALDAO, Martín. El matrimonio igualitario y su impacto en el derecho de familia: Antes y después de la reforma. En: CLÉRICO, Laura; ALDAO, Martín (ed.) Matrimonio igualitario en la Argentina. Perspectivas sociales, políticas y jurídicas. Buenos Aires, Eudeba, 2010, pp.165-172.; Clérico, 2010CLÉRICO, Laura. El matrimonio igualitario y los principios constitucionales estructurantes de igualdad y/o autonomía. En: CLÉRICO, Laura; ALDAO, Martín (ed.), Matrimonio igualitario en la Argentina. Perspectivas sociales, políticas y jurídicas. Buenos Aires, Eudeba, 2010, pp.139-164.; Gargarella, 2010GARGARELLA, Roberto. Matrimonio y diversidad sexual: El peso del argumento igualitario. En: CLÉRICO, Laura; ALDAO, Martín (ed.). Matrimonio igualitario en la Argentina. Perspectivas sociales, políticas y jurídicas. Buenos Aires, Eudeba, 2010, pp.125-138.), como eslabón en una cadena de iniciativas en materia de género y diversidad sexual durante el kirchnerismo21 21 En referencia al período comprendido entre 2003 y 2015, en que tuvieron lugar las presidencias de Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015). (Tabbush et al., 2016TABBUSH, Constanza et alii. Matrimonio igualitario, identidad de género y disputas por el derecho al aborto en Argentina. La política sexual durante el kirchnerismo (2003-2015). Sexualidad, Salud y Sociedad, 22, Río de Janeiro, 2016, pp.22-55.). Aquí, en cambio, reflexiono cómo se tradujo el matrimonio igualitario en las trayectorias de los entrevistados y cuáles fueron los sentidos asociados. Siguiendo a Hiller, analizo cómo esa tensión constitutiva de la sociabilidad política de varones gays, entre lo personal y lo político, se rearticula cada vez que el matrimonio igualitario entra en escena. Comencemos por sus sentidos más estrictamente políticos.

Hernán, un puto de 25 años que milita en La Cámpora22 22 Agrupación política juvenil fundada hacia 2006 de orientación kirchnerista. Cuenta con amplia presencia en todo el territorio nacional. , considera que el matrimonio igualitario lo hizo interesarse por la política. Ese mismo 2010 que se sancionó la ley lo encontró en el último año del colegio secundario. Estando en el closet, recuerda la humedad de las lágrimas corriendo por sus mejillas cuando veía por televisión la sesión parlamentaria que acabó con la aprobación de la ley. A los años, Hernán comenzaría a militar y resignificaría esta ley. Recupera así las palabras de la entonces presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, cuando, en un discurso en que lanzó el frente partidario Unidos y Organizados, equiparó haber sido la primera presidenta con la aprobación del matrimonio igualitario como dos hechos trascendentales de su gobierno que hablaban de una transformación de la sociedad. Para Hernán eso refutaba el argumento esgrimido por críticos del kirchnerismo que lo acusaban de hacer demagogia con los derechos de la diversidad sexual. Escuchar ese discurso de Cristina lo convenció de que estaban del mismo lado.

Marcos y Pedro también resignifican al matrimonio igualitario en términos políticos en clave de militancia, pero en su caso, no en la articulación con un partido político sino con una organización sobre diversidad sexual. Al relatar su trayectoria militante en la CHA, Marcos precisa que esta organización en un primer momento estaba a favor de erradicar la figura del matrimonio y que hubiera una unión civil para todas las personas. Producto del éxito cosechado por las organizaciones ligadas a la diversidad sexual con la sanción de la ley de matrimonio igualitario, el área de jóvenes en la que él se encontraba comenzó a establecer alianzas y estrategias con otras agrupaciones23 23 Esto marcaría una diferencia con lo señalado por Hiller (2017) sobre la hegemonía de la CHA que le permitía prescindir de articularse con otras agrupaciones. De todos modos, como explican Marcos, Manuel y Pedro, esas articulaciones envalentaron al grupo de jóvenes para desafiar la estructura interna de la CHA y, sin obtener el resultado esperado, terminaron expulsados. . Toda esa vorágine lo re-enganchaba, es decir, lo entusiasmaba y renovaba su compromiso con la militancia.

Pedro, por su parte, recuerda con excitación la aprobación de la ley. Al repasar todo el despliegue de esos días previos, enumera una larga lista de acciones: preparar carteles, armar un plan alternativo en caso de que no se aprobara y pintar paredes. De la fría jornada que acabó con la sanción de la ley recuerda el mutuo apoyo entre asistentes mientras buscaban dónde ir al baño. Cuando se conoció el resultado, experimentó euforia y otras sensaciones que, al relatarlas, las sigue sintiendo: era como si se le abriera el cuerpo y pensara Guau, estoy acá, estoy con la gente. Todo el trabajo político, como hablar con legisladoras y legisladores, dio sus frutos. En medio de esa locura que no se podía creer, fueron a celebrar por distintas calles del centro porteño en esa madrugada helada. Como señala Hiller (2010HILLER, Renata. Matrimonio igualitario y espacio público en Argentina. En: CLÉRICO, Laura; ALDAO, Martín (ed.). Matrimonio igualitario en la Argentina. Perspectivas sociales, políticas y jurídicas. Buenos Aires, Eudeba, 2010, pp.81-124., 2017HILLER, Renata. Conyugalidad y ciudadanía. Disputas en torno a la regulación estatal de las parejas gay lésbicas en la Argentina contemporánea. Buenos Aires, Teseo, 2017.), esa celebración con un público reducido —por la hora y el clima, entre otras cuestiones— contrastaba con la gran visibilidad del tratamiento del proyecto en la arena pública. Pedro resignificaba lo conquistado a partir de encontrarse con gays de cincuenta o sesenta años que no podían creerlo, de recordar a quienes no estaban y les hubiera encantado estar ahí, de rememorar aquellas personas que fueron desaparecidas24 24 Aunque no lo explicite, parece referirse a la desaparición de personas durante la última dictadura cívico-militar argentina. Sobre la reivindicación de la visibilización de los 400 homosexuales desaparecidos, véase Insausti (2015). y de pensar en quienes asistieron a la primera marcha del orgullo con máscaras para ocultarse. Eufórico y desenmascarado, Pedro festejaba a los gritos por un derecho ganado, aun cuando no avalara al matrimonio en sí mismo. Al recibir las felicitaciones de otrora militantes del Frente de Liberación Homosexual25 25 Organización de los años setenta que aunaba la lucha por la liberación sexual con la revolución socialista. Véase Insausti (2016), Rapisardi y Modarelli (2001) y Simonetto (2017a, 2017b). por la genialidad realizada, Pedro renovaba su alegría al incluir su lucha dentro de una historia compartida y al haber podido estar presente en ese momento.

Como Pedro, Jaime también tiene sus reparos para con el matrimonio igualitario. Mientras conversamos sobre las trincheras disidentes y la hipersexualización del mundo gay, Jaime critica el ajuste a la norma cuando se busca reproducir la misma lógica heterosexual sobre los cuerpos de las disidencias. Acerca del matrimonio igualitario, afirma que el casamiento entre dos personas y la exclusividad sexual es lo que la heterosexualidad pone al servicio de las disidencias.

En sus ideas resuena las críticas que varios sectores dentro del movimiento de diversidad sexual propalan a las iniciativas que buscarían heteronormativizar. Como muestra Moreno (2008)MORENO, Aluminé. La invisibilidad como injusticia. Estrategias del movimiento de la diversidad sexual. En: PECHENY, Mario; FÍGARI, Carlos; JONES, Daniel (ed.). Todo sexo es político: Estudios sobre sexualidades en Argentina. Buenos Aires, Libros del Zorzal, 2008, pp.217-243. en torno a las marchas del orgullo, algunos grupos se distancian de las medidas que, en detrimento de otras, sitúan un tipo deseable de homosexualidad26 26 Esto no es exclusivo ni del activismo en Argentina, ni de este momento (Bersani, 1996; De Lauretis, 2015; Edelman, 2014; Gamson, 2002; Halperin, 2019; Hocquenghem, 2009; Mieli, 1979; Weston, 2003). . Fernández Valle (2010)FERNÁNDEZ VALLE, Mariano. Después del “matrimonio igualitario”. En: CLÉRICO, Laura; ALDAO, Martín (ed.), Matrimonio igualitario en la Argentina. Perspectivas sociales, políticas y jurídicas. Buenos Aires, Eudeba, 2010, pp.173-198. y Hiller (2017)HILLER, Renata. Conyugalidad y ciudadanía. Disputas en torno a la regulación estatal de las parejas gay lésbicas en la Argentina contemporánea. Buenos Aires, Teseo, 2017. resumen los reparos hacia el matrimonio igualitario por heteronormativo. No obstante, como sostienen Fassin (2011)FASSIN, Éric. A double-edged sword: Sexual democracy, gender norms, and racialized rhetoric. En: BUTLER, Judith; WEED, Elizabeth (ed.). The Question of Gender. Joan W. Scott’s Critical Feminism. Bloomington, Indiana University Press, 2011, pp.143-158. y Viggiani (2013)VIGGIANI, Gianni. Il matrimonio tra persone dello stesso sesso come atto queer. AG About Gender-Rivista internazionale di studi di genere, 2 (3), Génova, 2013, pp.80-113., éste supone en sí un quiebre del orden heteronormado al visibilizar cómo sigue operando la heterosexualidad obligatoria (Rich, 1996RICH, Adrienne. Heterosexualidad obligatoria y existencia lesbiana. DUODA: estudis de la diferència sexual, 10, Barcelona, 1996, pp.15-48.). Por eso, el matrimonio igualitario, como veremos, deviene una prueba que, al conectar lo privado con lo público, expone esa heterosexualidad obligatoria al mostrar cómo es dada por sentada en diferentes ámbitos.

En los últimos meses de 2009 el tema adquiría visibilidad pública por la estrategia judicial para que se reconocieran las bodas entre personas del mismo sexo27 27 Para un análisis de esta primera etapa, véase Hiller (2010, 2017). La ley de matrimonio igualitario en Argentina marca una diferencia con lo sucedido en Brasil, adonde este derecho se alcanzó por una estrategia jurídica. Como sostienen Irineu, Oliveira y Lacerda (2020) esto se debe a la presencia de fuerzas ligadas al conservadurismo religioso en el parlamento que hacen de la vía legislativa un imposible (Filgueira; Fernandes, 2014), con los riesgos jurídicos que eso trae aparejado por tener un carácter más fácilmente reversible (Colares, 2021). . En ese entonces, Marcos trabajaba en una empresa de medicina laboral, en medio de un ambiente súper masculino, como ejemplifican los comentarios machistas del jefe de recursos humanos que sostenía que si se mezclaban varones y mujeres se armaba lío. Eso se traducía en una marcada división sexual del trabajo: las mujeres estaban en la parte inferior del establecimiento, la recepción, mientras que en el área comercial (arriba) eran todos hombres. En el sector de Marcos había una sola señora de unos setenta años. En ese diciembre de 2009 en que Alex Freyre y José María de Bello consiguieron que una jueza de Ushuaia, en la provincia de Tierra del Fuego, los casara, esta señora ingresó al trabajo comentando que se encontraba contenta ya que era un lindo día porque dos chicos habían podido casarse y mostrarse libremente. En ese mismo lugar donde se hacían chistes homófobos, lo que menos se imaginaba Marcos era que la única mujer que había, una señora mayor, se mostrara contenta por eso. Muy loco, sonríe al rememorarlo.

Otro ámbito en el que el matrimonio igualitario visibilizó la heterosexualidad supuesta fue el educativo. Los más jóvenes, como Nahuel, recuerdan haber discutido sobre la iniciativa en sus escuelas. A este gay de 24 años, el debate de la ley lo encontró en un secundario parroquial de la ciudad de Tucumán, capital de la provincia del mismo nombre. Le quedó súper grabada la invitación de una de sus profesoras para ir a la marcha a favor de la familia y en oposición al proyecto de ley. Nahuel, que ya sabía que le gustaban los chicos, experimentaba una contradicción total ante ese mensaje de la escuela. De todos modos, por la influencia católica, Nahuel se oponía al matrimonio igualitario. Al año siguiente se dio la chance de revisar su posicionamiento cuando, para una actividad de Lengua, debían practicar el debate como modelo discursivo. El tema seguía en auge y eligieron debatir acerca del matrimonio igualitario. Retándose a sí mismo, Nahuel se apuntó en el grupo de quienes lo defenderían. Tras investigar, leer y ver más cosas, su posicionamiento cambió: ahora estaba a favor.

El matrimonio igualitario, además, ayudó a iluminar la heterosexualidad por default en el ámbito familiar. Mario, un gay de 30 años, apeló al matrimonio igualitario para salir del closet en el marco de su reciente historia de amor con Lau, su actual marido. Al preguntarle si recuerda cuándo se dijeron Te amo, no puede precisarlo, siente que desde el principio su relación fue muy intensa. De hecho, el comienzo estuvo potenciado por el tema del matrimonio igualitario. Mario venía decidido a que su próxima pareja se integrara en su vida y eso conllevaba salir del closet. Cuando conoció a Lau, se dio cuenta de que este joven que era nueve años mayor no aceptaría estar en pareja con alguien que todavía estuviera en el closet. A las semanas, se debatía la ley de matrimonio igualitario. En la familia paterna, patricia y de doble apellido, estaban en contra del proyecto. La mamá de Mario justo había viajado a Buenos Aires desde La Rioja, provincia donde vivía. Mientras discutía con su mamá y se quejaba de los comentarios homófobos en la familia paterna, escupió Bueno, yo soy gay y para mí esto. El Sí, ya sé de la madre continuó la discusión hasta que en un silencio se dieron cuenta de que tenían que hablar. A los días, ella le pidió a su hijo que cuando Lau lo pasara a buscar para ir a una marcha en favor del matrimonio igualitario, subiera a comer un scon que había cocinado y así podría conocerlo. Todo eso potenció sus inicios.

Pero el matrimonio igualitario también se inscribe en las historias de amor de otros modos. Con motivo del proyecto de ley, Nano, un empleado público peronista que militaba en diversidad, fue a dar una charla a San Luis a propósito de la ley. En esa situación Germán lo conoció, se gustaron y luego salieron un tiempo. En el marco de esa participación de Nano, Germán no sólo conoció a quien sería su partenaire en su historia de amor más intensa signada por todo lo que significó el matrimonio igualitario, sino que también descubrió que en el ámbito de la militancia podría conocer hombres.

Algo similar le sucedió a Marcos, aunque con un resultado diferente. Aquel Marcos que había señalado que la aprobación de la ley de matrimonio igualitario lo re–enganchó con la militancia que les permitió establecer alianzas con otras organizaciones, lo desenganchó de su noviazgo con Facu. En eso jugó un papel importante Javi, otro militante. Era un combo, resume. Mientras Marcos vivía su activismo como algo importante y central, en un momento que caracteriza como primavera militante, la política lo distanciaba de un Facu cansado del activismo. En una de esas actividades que realizaban con otras agrupaciones, Marcos se encontró con Javi, otro militante de la diversidad sexual, a quien ya tenía de amigo en Facebook. Tuvieron afinidad y una vez Javi lo invitó a su casa después de una inauguración de la plaza Carlos Jáuregui28 28 Carlos Jáuregui (1957-1996), primer presidente de la CHA, fue un importante activista de la diversidad sexual desde los años 80 hasta su muerte. Para una biografía de él, véase Bellucci (2010). Para una reflexión sobre cómo su figura moldea el activismo de la diversidad sexual, véase Insausti (2018). , en honor al famoso militante gay argentino. Así comenzó el affaire con Javi, que hizo peligrar su relación con Facu al punto de llegar a plantearse si dejar a uno —Facu, con quien venía un poco distanciado— por el otro —Javi, de quien se había enganchado tanto como con la militancia producto del matrimonio igualitario—. Al final, Marcos logró reengancharse con Facu y distanciarse de Javi.

Estas páginas recuperaron diferentes sentidos ligados al matrimonio igualitario en las trayectorias de los varones entrevistados, a partir de los puentes entre lo público–político y lo privado–íntimo. Primero, el matrimonio igualitario traccionó carreras militantes al incentivar ingresos, renovar compromisos y capitalizar esfuerzos realizados hasta entonces. Así, el matrimonio igualitario sutura la trayectoria personal con la militancia. Segundo, el matrimonio igualitario, acusado de heteronormativizar a las disidencias sexuales, devino un hito en las trayectorias biográficas al visibilizar los mecanismos de perpetuación de la heterosexualidad obligatoria dada por sentada en diferentes ámbitos —laboral, escolar, familiar—. Finalmente, otro cruce entre este evento político y lo privado descansa en cómo se convirtió en telón de fondo de diferentes historias de amor, aportándoles sus condimentos: potenciando una salida del closet anunciada, encendiendo la llama de la militancia y evaluando la continuidad de una relación por la aparición de un tercero. De este modo, lo personal y lo político se cruzan de diferentes maneras a partir del hito que significó el matrimonio igualitario, que de por sí supone el cruce entre ambas esferas, pluralizando los modos en que este evento politizador se modula en las trayectorias biográficas.

A diferencia de las marchas del orgullo, el matrimonio igualitario sucedió una vez. Pero en tanto se trata de un proceso multidimensional, con avances y retrocesos, negociaciones y tensiones (Hiller, 2017HILLER, Renata. Conyugalidad y ciudadanía. Disputas en torno a la regulación estatal de las parejas gay lésbicas en la Argentina contemporánea. Buenos Aires, Teseo, 2017.), deviene un evento politizador complejo. En ese carácter, al poner en el centro de escena la tensión entre lo privado y lo público, se convierte en un punto central de la sociabilidad política de los varones gays contemporáneos. Al mismo tiempo, vuelve a dejar en evidencia que, aunque los discursos liberales pretendan tratar como una elección individual con quién se acuesta una persona (Meccia, 2011MECCIA, Ernesto. Los últimos homosexuales. Sociología de la homosexualidad y la gaycidad. Buenos Aires, Gran Aldea Editores, 2011.), las sexualidades son políticas. El hito del matrimonio igualitario dinamizó esa tensión entre público y privado de diferentes maneras, modulándola en distintos ámbitos, como recuerdan los entrevistados. Lo privado, personal e íntimo se desnudaron y devinieron políticos y públicos no sólo en la plaza frente al parlamento.

Conclusiones: eventos politizadores que actualizan tensiones

Como adelanté en la introducción, el objetivo de este texto es reconocer los modos en que estos dos eventos politizadores, propios de la sociabilidad política de varones gays contemporáneos, se actualizan en las trayectorias de treinta entrevistados. El foco de las entrevistas no fue indagar por estos dos eventos, las marchas del orgullo y la ley de matrimonio igualitario, sino que a medida que conversábamos, las referencias a ellos no dejaban de aparecer.

Sobre las marchas del orgullo como un evento típico de la sociabilidad política de varones gays me detuve en la tensión entre el carácter festivo y celebratorio con su costado más politizado y contestatario. Esto permitió observar que más que como motivos alternativos que los llevan a participar en este tipo de movilizaciones, como codifican los trabajos con encuestas, se trata de un continuo de esa sociabilidad política. Aún más, en el recorrido que ese continuo supone, lo estrictamente político y lo puramente festivo se conjugan de distintas maneras, dando paso a múltiples cruces. Esas tensiones, no exclusivas de las agrupaciones de diversidad sexual, se reactualizan en este colectivo en base a una historia de reivindicaciones que surgieron, muchas veces, en espacios de ocio y fiesta. Por eso, reclamando derechos e interpelando al Estado con calzas, glitter y brillos, la sociabilidad política reactualiza sus términos: tanto trayendo lo político y reconvirtiendo militancias como ofreciendo contactos y haciendo que los participantes se conozcan, reconozcan y, eventualmente, comiencen relaciones eróticas.

A diferencia de las marchas que se celebran una vez al año, el otro evento politizador analizado en este trabajo, la ley de matrimonio igualitario, remite a los últimos meses de 2009 y gran parte de 2010. De allí su carácter atípico, en tanto que implicó una serie de movilizaciones y gran despliegue en el espacio público, no tan habitual para iniciativas ligadas a los “derechos de minorías” (Hiller, 2017HILLER, Renata. Conyugalidad y ciudadanía. Disputas en torno a la regulación estatal de las parejas gay lésbicas en la Argentina contemporánea. Buenos Aires, Teseo, 2017.). Este proyecto de ley, que trastoca la separación público–privado, tuvo el potencial de marcar las trayectorias biográficas de estos varones, conectando de otros modos esas esferas. La ley sirvió para que algunos se acercaran a la militancia mientras que a otros les renovó su compromiso, al mismo tiempo que visibilizó la heterosexualidad obligatoria en ámbitos como el laboral, el educativo y el familiar y también dinamizó algunas historias de amor. Por lo tanto, es posible que, por esa fuerza, se convierta en una marca de la sociabilidad política de esta generación de varones gays.

Finalmente, como dejan ver las historias ligadas a uno y otro evento politizador, esa sociabilidad conlleva la posibilidad de actualizar y resignificar el lema feminista de lo personal es político. La politización que supone la diversidad sexual —en tanto se construyan identidades subalternas a partir de prácticas eróticas y sexuales— demuestra que la separación de ambas esferas es tan porosa como el glamour de las medias de red, mientras lo íntimo queda tan pegado a lo público como el glitter en la cara de Luchi.

Agradezco los valiosos comentarios de Anahí Farji Neer y Santiago Joaquín Insausti a una primera versión de este texto.

Referencias bibliográficas

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  • WESTON, Kath. Las familias que elegimos: Lesbianas, gays y parentesco. Barcelona, Bellaterra, 2003.
  • 1
    En cursiva destaco las palabras textuales de los entrevistados.
  • 2
    Durante el trabajo de campo se trató por primera vez en el poder legislativo nacional la ley de interrupción voluntaria del embarazo, en medio de una gran movilización política. Por tratarse de un tema candente, hablamos mucho al respecto. Sin embargo, aquí me refiero a las movilizaciones que se hicieron con anterioridad.
  • 3
    Con motivo del día internacional de la mujer, conmemorado el 8 de marzo, en los últimos años se han llevado adelante paros y movilizaciones de mujeres.
  • 4
    En 2012 se sancionó la ley 26.743, conocida como ley de identidad de género, que permitió que a las personas trans se les reconociera su derecho a la identidad autopercibida, sin patologización ni judicialización mediante. Además, aseguró el acceso a tratamientos médicos.
  • 5
    Diana Sacayán fue una activista travesti asesinada en 2015. Gracias a reclamos y movilizaciones, en 2018 se reconoció su asesinato como un crimen de odio a la identidad de género bajo la figura de travesticidio.
  • 6
    En la jerga gay y homosexual Argentina, la loca sería una figura asociada a la marica, con una expresión de género más feminizada y exageración de los rasgos no heterosexuales (Sívori, 2004SÍVORI, Horacio. Locas, chongos y gays. Sociabilidad homosexual masculina durante la década de 1990. Buenos Aires, Antropofagia, 2004.). Podría pensársela como un equivalente a bicha en el portugués brasileño.
  • 7
    Para un excelente trabajo en torno a la comisión organizadora de las marchas del orgullo entre 2008 y 2009, véase Settani (2014)SETTANI, Sebastián. La Plaza está de fiesta: Sociabilidad, política y medios de comunicación en ocasión de la Marcha del Orgullo LGBT 2008 – 2009. Tesis (Maestría Sociología de la Cultura), Universidad Nacional de San Martín, 2014..
  • 8
    Para mayores precisiones sobre las marchas del orgullo argentinas véase Figari et al., (2005)FIGARI, Carlos et alii. Sociabilidad, política, violencia y derechos: La marcha del orgullo GLTTB de Buenos Aires 2004: primera encuesta. Buenos Aires, Antropofagia, 2005., Jones et al. (2006)JONES, Daniel; LIBSON, Micaela; HILLER, Renata. Sexualidades, política y violencia: La marcha del orgullo GLTTBI Buenos Aires 2005: segunda encuesta. Buenos Aires, Antropofagia, 2006. y Settani (2014)SETTANI, Sebastián. La Plaza está de fiesta: Sociabilidad, política y medios de comunicación en ocasión de la Marcha del Orgullo LGBT 2008 – 2009. Tesis (Maestría Sociología de la Cultura), Universidad Nacional de San Martín, 2014. para la Ciudad de Buenos Aires; Iosa et al. (2012)IOSA, Tomás et alii. Política, sexualidades y derechos. Primera Encuesta. Marcha Del Orgullo y la Diversidad. Córdoba, Argentina, 2010. Río de Janeiro, CEPESC, 2012. para Córdoba; y Bernieri Ponce y Larreche (2021)BERNIERI PONCE, Emanuel; LARRECHE, José Ignacio. Descentrar para (re)mediar. Las Marchas del Orgullo en las no metrópolis argentinas. Quid, 16 (15), Buenos Aires, 2021, pp.157-178. para enclaves no metropolitanos.
  • 9
    La Comunidad Homosexual Argentina se crea en 1984 en un boliche de Buenos Aires, Contramano, para protestar en contra de las redadas policiales a los clubes gays. En 1992, luego de varias disputas, se convierte en la primera organización de este tipo en adquirir personería jurídica. A diferencia de las organizaciones políticas de los años 70, enmarca la lucha por los derechos de la diversidad sexual en clave de derechos civiles y humanos. Sobre las controversias entre la CHA con otras asociaciones, véase Hiller (2017)HILLER, Renata. Conyugalidad y ciudadanía. Disputas en torno a la regulación estatal de las parejas gay lésbicas en la Argentina contemporánea. Buenos Aires, Teseo, 2017. y Moreno (2008)MORENO, Aluminé. La invisibilidad como injusticia. Estrategias del movimiento de la diversidad sexual. En: PECHENY, Mario; FÍGARI, Carlos; JONES, Daniel (ed.). Todo sexo es político: Estudios sobre sexualidades en Argentina. Buenos Aires, Libros del Zorzal, 2008, pp.217-243..
  • 10
    Utilizo el término francés partenaire, que se usa en danza, para referir a quienes protagonizan las historias de amor. En su carácter genérico, esta denominación permite reconstruir el trabajo relacional y negociación que supone el etiquetamiento vincular para responder al interrogante acerca de cuál categoría utilizar para definir una relación (Marentes, 2021MARENTES, Maximiliano. Conocerse como proceso: inicios de las historias de amor de varones gays en producciones culturales argentinas. El Ágora USB, 21(1), Medellín, 2021, pp.186-208.).
  • 11
    El Colectivo de Varones Antipatriarcales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se creó en 2010. Allí, hombres gays y heterosexuales se proponen revisar los mandatos de género y reconfigurar el lugar de los varones en la lucha feminista.
  • 12
    Vestirse con ropa asociada usualmente a las mujeres.
  • 13
    La Central de Trabajadores de Argentina es una de las federaciones de sindicatos más grandes del país.
  • 14
    Esta apreciación se inscribe en un debate mayor en torno a detrás de qué demandas se reorganizan los grupos de diversidad sexual luego de conquistado el matrimonio igualitario (Fernández Valle, 2010FERNÁNDEZ VALLE, Mariano. Después del “matrimonio igualitario”. En: CLÉRICO, Laura; ALDAO, Martín (ed.), Matrimonio igualitario en la Argentina. Perspectivas sociales, políticas y jurídicas. Buenos Aires, Eudeba, 2010, pp.173-198.).
  • 15
    Los desplazamientos para asistir a la marcha del orgullo implican contemplar, además, otros preparativos. Debido a la naturaleza de los datos, quedarán para futuras indagaciones cómo dicha planificación incluye, por ejemplo, la dimensión turística para asistir a este tipo de eventos (Ortolano, 2012ORTOLANO, Fábio. Turismo e Hospitalidade: um olhar para a juventude nas paradas do orgulho LGBT. Revista Gestão & Políticas Públicas, 2 (2), São Paulo, 2012, pp.314-330.).
  • 16
    La FALGBT nuclea diversas organizaciones de diversidad sexual y de género del país. Se conformó en 2006 como resultado del acuerdo entre cinco organizaciones. Su primera presidenta fue la activista lesbiana María Rachid.
  • 17
    Estos trabajos se inscriben en una serie de estudios sobre las marchas del orgullo en diferentes ciudades de América Latina: Bogotá (Brigeiro; Castillo; Murad, 2009); México (Brito et al., 2012BRITO, Alejandro et alii. Política, derechos, violencia y sexualidad. Encuesta Marcha del Orgullo y la Diversidad Sexual Ciudad de México – 2008. Rio de Janeiro, CEPESC, 2012.); Pernambuco (Carrara et al., 2007); Río de Janeiro (Carrara; Ramos; Caetano, 2003; Carrara; Ramos, 2005CARRARA, Sérgio; RAMOS, Sílvia. Política, Direitos, Violência e Homossexualidade Pesquisa 9ª Parada do Orgulho GLBT - Rio 2004. Rio de Janeiro, CEPESC, 2005.); San Pablo (Carrara et al., 2006CARRARA, Sérgio et alii. Política, Direitos, Violência e Homossexualidade Pesquisa 9ª Parada do Orgulho GLBT - São Paulo 2005. Rio de Janeiro, CEPESC, 2006.) y Santiago de Chile (Barrientos et al. 2008BARRIENTOS, Jaime et alii. Política, derechos, violencia y diversidad sexual primera encuesta Marcha del Orgullo y Diversidad Sexual Santiago de Chile, 2007. Santiago, CLAM, 2008.; Barrientos; Sívori, 2012BARRIENTOS, Jaime; SÍVORI, Horacio. Derechos, política, violencia y diversidad sexual. segunda encuesta. Marcha de la Diversidad Sexual. Santiago de Chile 2011. Antofagasta, Universidad Católica del Norte/Movimiento por la Diversidad Sexual, 2012.).
  • 18
    Como toda estrategia metodológica, la encuesta tiene sus alcances y limitaciones. Una fortaleza de ese abordaje cuantitativo, del que la propuesta de este texto adolece, es la posibilidad de trazar regularidades a partir de una observación a mayor escala.
  • 19
    Cabe trazar una distinción con lo sucedido con los movimientos de liberación homosexual, cuya raíz se emparenta más con los reclamos socialistas de los años sesenta y setenta. Para el caso de Argentina y el Frente de Liberación Homosexual, véase Insausti (2016)INSAUSTI, Santiago Joaquín. De maricas, travestis y gays: Derivas identitarias en Buenos Aires (1966-1989). Tesis (Doctorado Ciencias Sociales), Universidad de Buenos Aires, 2016., Rapisardi y Modarelli (2001)RAPISARDI, Flavio; MODARELLI, Alejandro. Fiestas, baños y exilios. Los gays porteños en la última dictadura. Buenos Aires, Sudamericana, 2001. y Simonetto (2017a). Para la comparación con otros países de América Latina, véase Simonetto (2017b).
  • 20
    Sobre la relación entre amor y matrimonio, y las tensiones que eso genera, véase por ejemplo Coontz (2006)COONTZ, Stephanie. Historia del matrimonio. Cómo el amor conquistó el matrimonio. Barcelona, Gedisa, 2006. y de Rougemont (1959)DE ROUGEMONT, Denis. El amor y Occidente. Buenos Aires, Sur, 1959..
  • 21
    En referencia al período comprendido entre 2003 y 2015, en que tuvieron lugar las presidencias de Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015).
  • 22
    Agrupación política juvenil fundada hacia 2006 de orientación kirchnerista. Cuenta con amplia presencia en todo el territorio nacional.
  • 23
    Esto marcaría una diferencia con lo señalado por Hiller (2017)HILLER, Renata. Conyugalidad y ciudadanía. Disputas en torno a la regulación estatal de las parejas gay lésbicas en la Argentina contemporánea. Buenos Aires, Teseo, 2017. sobre la hegemonía de la CHA que le permitía prescindir de articularse con otras agrupaciones. De todos modos, como explican Marcos, Manuel y Pedro, esas articulaciones envalentaron al grupo de jóvenes para desafiar la estructura interna de la CHA y, sin obtener el resultado esperado, terminaron expulsados.
  • 24
    Aunque no lo explicite, parece referirse a la desaparición de personas durante la última dictadura cívico-militar argentina. Sobre la reivindicación de la visibilización de los 400 homosexuales desaparecidos, véase Insausti (2015)INSAUSTI, Santiago Joaquín. Los cuatrocientos homosexuales desaparecidos: Memorias de la represión estatal a las sexualidades disidentes en Argentina. En: D’ANTONIO, Débora (ed.). Deseo y represión. Sexualidad, género y Estado en la historia argentina reciente. Buenos Aires, Imago Mundi, 2015, pp.63-82..
  • 25
    Organización de los años setenta que aunaba la lucha por la liberación sexual con la revolución socialista. Véase Insausti (2016)INSAUSTI, Santiago Joaquín. De maricas, travestis y gays: Derivas identitarias en Buenos Aires (1966-1989). Tesis (Doctorado Ciencias Sociales), Universidad de Buenos Aires, 2016., Rapisardi y Modarelli (2001)RAPISARDI, Flavio; MODARELLI, Alejandro. Fiestas, baños y exilios. Los gays porteños en la última dictadura. Buenos Aires, Sudamericana, 2001. y Simonetto (2017a, 2017b).
  • 26
    Esto no es exclusivo ni del activismo en Argentina, ni de este momento (Bersani, 1996BERSANI, Leo. Homos. Cambridge, Harvard University Press, 1996.; De Lauretis, 2015DE LAURETIS, Teresa. Género y teoría queer. Mora (21), Buenos Aires, 2015, pp.107-118.; Edelman, 2014EDELMAN, Lee. No al futuro. La teoría queer y la pulsión de muerte. Barcelona/Madrid, Egales, 2014.; Gamson, 2002GAMSON, Joshua. ¿Deben destruirse los movimientos identitarios? Un extraño dilema. En: MÉRIDA, M.; JIMÉNEZ, R. (ed.). Sexualidades transgresoras: Una antología de estudios queer. Barcelona, Icària Editorial, 2002, pp.141-172.; Halperin, 2019HALPERIN, David. Queer Love. Critical Inquiry, 45 (2), Chicago, 2019, pp.396-419.; Hocquenghem, 2009HOCQUENGHEM, Guy. El deseo homosexual. Barcelona, Melusina, 2009.; Mieli, 1979MIELI, Mario. Elementos de crítica homosexual. Barcelona, Anagrama, 1979.; Weston, 2003WESTON, Kath. Las familias que elegimos: Lesbianas, gays y parentesco. Barcelona, Bellaterra, 2003.).
  • 27
    Para un análisis de esta primera etapa, véase Hiller (2010HILLER, Renata. Matrimonio igualitario y espacio público en Argentina. En: CLÉRICO, Laura; ALDAO, Martín (ed.). Matrimonio igualitario en la Argentina. Perspectivas sociales, políticas y jurídicas. Buenos Aires, Eudeba, 2010, pp.81-124., 2017HILLER, Renata. Conyugalidad y ciudadanía. Disputas en torno a la regulación estatal de las parejas gay lésbicas en la Argentina contemporánea. Buenos Aires, Teseo, 2017.). La ley de matrimonio igualitario en Argentina marca una diferencia con lo sucedido en Brasil, adonde este derecho se alcanzó por una estrategia jurídica. Como sostienen Irineu, Oliveira y Lacerda (2020) esto se debe a la presencia de fuerzas ligadas al conservadurismo religioso en el parlamento que hacen de la vía legislativa un imposible (Filgueira; Fernandes, 2014FILGUEIRA, Maria Clara; FERNANDES, Maria Larissa. A possibilidade do casamento igualitário no Brasil e o direito de família. X Colóquio Nacional Representações de Gênero e de Sexualidades. Campina Grande, Editora Realize, 2014, pp.1-10 [https://editorarealize.com.br/editora/anais/conages/2014/Modalidade_1datahora_15_05_2014_18_51_50_idinscrito_237_2c29b3dfe0d3db747fc1c3daa31dd1be.pdf – acceso el 06 abr. 2023].
    https://editorarealize.com.br/editora/an...
    ), con los riesgos jurídicos que eso trae aparejado por tener un carácter más fácilmente reversible (Colares, 2021COLARES, Roberto Carlos Nascimento. O casamento homoafetivo no Brasil. Uma análise comparativa à luz do ordenamento jurídico argentino. Revista Discente Planície Científica, 3 (2), Campos dos Goytacazes, 2021, pp.92-104.).
  • 28
    Carlos Jáuregui (1957-1996), primer presidente de la CHA, fue un importante activista de la diversidad sexual desde los años 80 hasta su muerte. Para una biografía de él, véase Bellucci (2010)BELLUCCI, Mabel. Orgullo. Carlos Jáuregui, una biografía política. Buenos Aires, Emecé, 2010.. Para una reflexión sobre cómo su figura moldea el activismo de la diversidad sexual, véase Insausti (2018)INSAUSTI, Santiago Joaquín. Un pasado a imagen y semejanza: Recuperación y negación de los testimonios maricas en la constitución de la memoria gay. Prácticas de Oficio, 1 (21), Los Polvorines, 2018, pp.24-35..

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    16 Jun 2023
  • Fecha del número
    Mayo 2023

Histórico

  • Recibido
    27 Feb 2022
  • Acepto
    02 Dic 2022
Núcleo de Estudos de Gênero - Pagu Universidade Estadual de Campinas, PAGU Cidade Universitária "Zeferino Vaz", Rua Cora Coralina, 100, 13083-896, Campinas - São Paulo - Brasil, Tel.: (55 19) 3521 7873, (55 19) 3521 1704 - Campinas - SP - Brazil
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