Resumo
En la provincia de Mendoza durante la década del treinta las compañías que instalaron industrias extractivas desarrollaron estrategias para la creación de barrios de trabajadores junto a las plantas industriales. Tanto los propietarios estatales como los privados generaron poblados en las inmediaciones de los conjuntos donde se elaboraba cemento o hidrocarburos. Allí aplicaron políticas paternalistas para consolidar la fuerza laboral que residía junto a las fábricas y destilerías. Luego de seis décadas de trabajo ininterrumpido en la provincia, la industria cementera y la petrolera sufrieron cambios a causa de la globalización en la economía mundial, el neoliberalismo y el fin del paternalismo industrial, tanto de índole privada como estatal. Este artículo indaga en el devenir de los conjuntos desde sus inicios hasta el fin del modelo.
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