Resumen
El artículo defiende la tesis que, en la segunda modernidad, estamos ante nuevos modos postburocráticos de gobernación de la educación para conseguir la mejoría. Lo que se ha dado en llamar “reestructuración educacional” supone, de hecho, una nueva “gobernación” de la educación, que incluye —entre otros— una desregulación, mercantilización e introducción de principios de gestión del ámbito empresarial. Se analizan dos vías de desarrollo para provocar la mejora: una que potencia la competición, acudiendo a la imagen mercantil como dispositivo regulador, y otra dirigida al compromiso y colaboración de los actores (SAHLBERG, 2011). La primera presiona desde fuera, la segunda busca la implicación desde dentro. Las presiones performativas tienen sus limitaciones intrínsecas, por eso, se requiere constituir una cultura favorable al aprendizaje (HARGREAVES y FULLAN, 2014). Hay otras vías alternativas, que Hargreaves y Shirley (2012) califican de “cuarta vía”, donde asegurar buenos aprendizajes para todos no puede ser objeto de sólo imposición. Una lógica de compromiso y autonomía profesional es una vía alternativa, apoyada por unos medios de participación de personas a las que se les reconoce una profesionalidad para tomar decisiones.A Revista Internacional de Educação Superior utiliza a licença do Creative Commons (CC), preservando assim, a integridade dos artigos em ambiente de acesso aberto.
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